Ensayo
Documento Conclusivo
Aparecida Brasil, Mayo 2oo7
Mauricio Andrés Gómez Hernández
Propedéutico
Seminario nuestra señora
Marinilla-2011
Hace algún tiempo venimos escuchando la palabra discípulo, pero pocas veces entendemos su significado, un creyente no es un discípulo porque primeramente tendríamos que hacer un paralelo entre estos dos significados, el creyente suele esperar los panes y los peces, el discípulo es un pescador. El creyente da parte de sus ganancias, el discípulo entrega su vida. El creyente busca en la palabra promesas para su vida, el discípulos busca vida para cumplir las promesas de la palabra, y así nos podríamos quedar una eternidad hablando sobre el significado que se le ha dado a esta palabra, pero todo esto se ha dado por la degradación de la sociedad puesto que ella se ha hecho discípula del pecado, que ironía saber que el mundo sabe ser discípulo del mal, y el mismo se pierde en un abismo, el discípulo es aquel que se rinde a los pies del maestro, el hombre no tiene en cuenta a Dios cuando decide hacerse esclavo del pecado y poco le importa su estado, si vemos bien, el ser discípulo de pecado exige entregarse ciento por ciento a su maestro con placer, con el poseer toda la humanidad, ¡cuán entrega tan admirable!, tan perfecta la que hace un pecador al pecado, luego somos discípulos del pecado a la perfección. Porque nos entregamos a él sin reservas sin mirar hacia atrás, es por eso que Jesús se sienta a comer con los pecadores, con los cobradores de impuestos(Mateo 9,9 ), con las personas más viles, con personas como tú y como yo, ¿Por qué? porque Jesús sabiendo el don tan hermoso que se le ha regalado a los hombres que es el de entregarse a Dios, el de conocer a Dios, lo han desperdiciado en buscándolo en el mundo, y Él les dice: “yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie llega al padre si no es por mi”(Jn 14,16) entendemos que llegar al padre es llegar a la felicidad, es llegar al amor, es llegar a la plenitud por eso Jesús nos hace sus discípulos.
Sobre todo para que haya un buen discípulo, debe haber un llamado, saber que se es nueva creatura. la oración es propia del discípulo ya que es la comunicación directa con su maestro, de no ser así podríamos decir que fallaría tal vez lo que con tanto empeño ha realizado en el diario vivir, la victoria del discípulo es vencer la tentación como lo hizo Jesús en algunas ocasiones, saber que si se está con Dios nada le ha de ocurrir, la tristeza es una palabra que no puede existir en el vocabulario del discípulo, ya que es una imitación de la vida de Cristo y a EL lo vimos hasta en la Cruz victorioso y feliz de haber cumplido su misión acá en la tierra.
Por eso surgen muchas preguntas en nuestro entorno como ¿será posible que la Iglesia logre tener discípulos entregados a la misión? Y nos estancamos solo en preguntarnos ¿por qué será que estamos actuando como no se debe?. Por eso la V Conferencia Del Episcopado latinoamericano y del caribe nos plantea posibles soluciones a los problemas que hoy la iglesia enfrenta “Eucaristía alimento substancial de los discípulos misioneros”[1], la eucaristía es el impulso de un verdadero discípulo, ya que ella es el alimento celestial para ir y anunciar la buena nueva que Jesús en su escritura nos deja, porque la vida de un discípulo debe ser una eucaristía prolongada como lo decía San Alberto Hurtado. También es importante darle un lugar privilegiado a la santísima virgen María, madre de Dios, ella dando su SI , confirmo que su hijo vendría a la tierra para dar salvación a todo aquel que en EL crea, la virgen María ha jugado un papel importante en la Iglesia ya que ella fue la discípula por excelencia y con la fuerza del espíritu, cumplió los designios de Dios, el espíritu nos renueva a la vida con Cristo y nos hace conocedores de la verdad, nos lleva a ser discípulos perfectos, “ solo quien conoce la realidad puede responder a ella de modo adecuado y realmente humano”[2], el documento de aparecida nos hace la invitación a conocer la realidad de Latinoamérica y el caribe, los presbíteros deberán ser concientizados sobre la dificultad de la evangelización, y ¿qué queremos decir con esto que todos los Cristianos acojan el discipulado como una opción buena y practica de vida? esto gira en torno a una buena educación en la fe, la familia deberá ser una verdadera escuela de fe, aunque hoy en la sociedad vemos como la imagen de la familia se está degradando imposibilitando el surgimiento de nuevos discípulos para Dios y para la iglesia, más directamente en nuestro país la “ley de adopción que reclaman las parejas homosexuales”[3] esto amenazaría en que el núcleo familiar se descomponga y nuestros niños crezcan no en las condiciones que la Iglesia y Dios quisiera para ellos, si se logra que los niños y jóvenes crezcan en un ambiente de buen ejemplo seria también por otro lado aumentar los verdaderos discípulos, los ambientes en que se deben formar y que el documento de aparecida nos plantea son: la familia como lo resaltaba anteriormente, las parroquias ya que allí se descubre el verdadero sentido de la pastoral que tanto necesita la iglesia en el tiempo de hoy, demostrando y viviendo lo que los obispos de Latinoamérica nos plantean. la entrega así mismo y hacia los demás, “las pequeñas comunidades eclesiales que en nuestra Diócesis han venido marchando de una manera satisfactoria y sabiendo también que de allí podrán salir discípulos, ha hacer discípulos a otras comunidades, los movimientos y nuevas comunidades, los seminarios y casas de formación religiosa” [4]. Ahora hemos llegado a un punto interesante del presente, si la familia sabe formar sus hijos en la fe también las casas de formación se sabrán favorecer de abundantes vocaciones de jóvenes que ven en Cristo un modelo de vida a seguir, la responsabilidad de los seminarios es grande porque primeramente hay que formar los futuros presbíteros en una fe autónoma, y que ellos sean el principal ejemplo del discipulado y la misión, vemos la necesidad de que la Iglesia se incorpore o participe en una pastoral educativa a fin de que los estudiantes no se aburran de un estudio sino que adquieran amor al conocimiento y a la sabiduría que es la fuente misma. Es Dios. y así formar estudiantes competentes no mediocres, los seminaristas deben estar enamorados de su vocación y así dar todo de sí en sus pastorales ya sean educativas, parroquiales entre otras.
Los futuros pastores deben irradiar santidad, buscarla en el día a día, y llegar a ser esa imitación completa de Cristo resucitado.
En conclusión el discípulo es aquel que da la vida por su maestro. Agradezcamos al señor por nuestros obispos de Latinoamérica que con tanto esfuerzo y dedicación lograron sacar adelante este documento de aparecida, sobre todo pidamos la fuerza del espíritu santo, para que el nos ayude a Cumplir todos los numerales que nos plantean ese documento tan útil para nuestra iglesia y que sobre todo podamos seguir fieles a la recomendación de CRISTO de ir a las naciones y hacer discípulos.
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