lunes, 17 de octubre de 2011





“Id y haced discípulos                                        a todas las naciones”                                                                                (Mt 28, 19)                                                               



             Ensayo
Documento Conclusivo
Aparecida Brasil, Mayo 2oo7











Mauricio Andrés Gómez Hernández
Propedéutico


Seminario nuestra señora
Marinilla-2011









      Hace algún tiempo venimos escuchando la palabra discípulo, pero pocas veces entendemos su significado, un creyente no es un discípulo porque primeramente tendríamos que hacer un paralelo entre estos dos significados, el creyente suele esperar los panes y los peces, el discípulo es un pescador.  El creyente da parte de sus ganancias, el discípulo entrega su vida. El creyente busca en la palabra promesas para su vida, el discípulos busca vida para cumplir las promesas de la palabra, y así nos podríamos quedar una eternidad hablando sobre el significado que se le ha dado a esta palabra, pero todo esto se ha dado por la degradación de la sociedad  puesto que ella se ha hecho discípula del pecado, que ironía saber que el mundo sabe ser discípulo del mal, y el mismo se pierde en un abismo, el discípulo es aquel  que se rinde a los pies del maestro, el hombre no tiene en cuenta a Dios cuando decide hacerse esclavo del pecado y poco le importa su estado, si vemos bien, el ser discípulo de pecado exige entregarse ciento por ciento a su maestro con placer, con el poseer  toda la humanidad, ¡cuán entrega tan admirable!, tan perfecta la que hace un pecador al pecado, luego somos discípulos del pecado a la perfección. Porque nos entregamos a él sin reservas sin mirar hacia atrás, es por eso que Jesús se sienta a comer con los pecadores, con los cobradores de impuestos(Mateo 9,9 ), con las personas más viles, con personas como tú y como yo, ¿Por qué? porque Jesús  sabiendo el don tan hermoso que se le ha regalado a los hombres que es el de entregarse a Dios, el de conocer a Dios, lo han desperdiciado en buscándolo en el mundo,  y Él les dice: “yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie llega al padre si no es por mi”(Jn 14,16) entendemos que llegar al padre es llegar a la felicidad, es llegar al amor, es llegar a la plenitud por eso Jesús nos hace sus discípulos.
Ahora te pregunto ¿quieres tú seguir a Jesús?, ¿quieres entregarte a Él como su discípulo?, de ser así, Jesús nos invita a seguirlo sin condiciones recordando lo que nos dice en el evangelio “vosotros sois la sal de la tierra, si la sal se desvirtúa ¿con que se salara?” (Mateo 5,13) debemos ser nosotros cristianos motivo de progreso para la iglesia de hoy, no de escándalo, necesitamos cristianos activos decididos a llevar el evangelio a los lugares más alejados de la tierra, pero también sabiendo que la misión y el discipulado empieza por casa, es difícil en ocasiones evangelizar al pueblo de hoy ya, que vive sumergido en un mundo de dioses falsos como el dinero, el placer, sexo  entre otros que hoy afrontamos en nuestra sociedad, decimos que es difícil porque sabiendo que tú eres discípulo de Cristo, y si yo te dijera: no sigas a ese tal Cristo, sin duda responderías NO, al igual sucede con estos discípulos de los placeres mencionados anteriormente, como están errados, no alcanzan a razonar sobre la grandeza del seguimiento de Cristo, por eso es importante saber la necesidad de evangelización en nuestros tiempos, la iglesia afronta un tiempo difícil de llegar a los pueblos con la voz de Dios, aunque es de gran alegría saber que la iglesia está unida aun en sus momentos más difíciles también es necesario buscar estrategias del cómo llegarle a las comunidades más extraviadas y esa estrategia eres tú, porque eres el que habita en ella y sabes el movimiento, sus creencias, dificultades, en pocas palabras sabes que necesitan saber de Dios, y no tienes espera, la evangelización no es una ley que necesita ser aprobada, Cristo mismo la ratifico en su peregrinar por este mundo y  ahora , debemos vivir en una constante entrega de misión hacia los hermanos más necesitados. Todos estamos en un tiempo donde es difícil entender lo que implica el ser discípulo, como  dejar comodidades, entregarnos por el servicio del otro, negarse a uno mismo, mas ir en corriente del consumismo que es un factor alarmante especialmente en nuestra juventud es lo que si entendemos. La misión se ve reflejada ahora en el buen testimonio de los ministros consagrados, y no solo de ellos si no también del pueblo fiel. El discípulo es el que reconoce a Cristo como  hombre, siempre presente, que reina en su vida, por eso Juan el Bautista  nos enseña cómo nace el primer discipulado de Jesús que fue mediante una exclamación desde su corazón “este es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. (Juan 1, 29). El discípulo de hoy, se asume también, por medio del anuncio en sus ministros, en su palabra y sobre todo en el testimonio, esto lo llevara a la fidelidad,  a la responsabilidad que tiene como discípulo.
Sobre todo para que haya un buen discípulo, debe haber  un llamado, saber que se es nueva creatura. la oración es propia del discípulo ya que es la comunicación directa con su maestro, de no ser así podríamos decir que fallaría tal vez lo que con tanto empeño ha realizado en el diario vivir, la victoria del discípulo es vencer la tentación como lo hizo Jesús en algunas ocasiones, saber que si se está con Dios nada le ha de ocurrir, la tristeza es una palabra que no puede existir en el vocabulario del discípulo, ya que es una imitación de la vida de Cristo y a EL lo vimos hasta en la Cruz victorioso y feliz de haber cumplido su misión acá en la tierra.
Por eso surgen muchas preguntas en nuestro entorno como ¿será posible que la Iglesia logre tener discípulos entregados a la misión? Y nos estancamos solo en preguntarnos ¿por qué será que estamos actuando como no se debe?. Por eso la V Conferencia Del Episcopado latinoamericano y del caribe nos plantea posibles soluciones a los problemas que hoy la iglesia enfrenta “Eucaristía alimento substancial de los discípulos misioneros”[1], la eucaristía es  el impulso de un verdadero discípulo, ya que ella es el alimento celestial para ir y anunciar la buena nueva que Jesús en su escritura  nos deja, porque la vida de un discípulo debe ser una eucaristía prolongada como lo decía San Alberto Hurtado. También es importante darle un lugar privilegiado a la santísima virgen María, madre de Dios, ella dando su SI , confirmo que su hijo vendría a la tierra para dar salvación a todo aquel que en EL crea, la virgen María ha jugado un papel importante en la Iglesia ya que ella fue la discípula por excelencia y con la fuerza del espíritu,  cumplió los designios de Dios, el espíritu nos renueva  a la vida con Cristo y nos hace conocedores de la verdad, nos lleva a ser discípulos perfectos, “ solo quien conoce la realidad  puede responder a ella de modo adecuado y realmente humano”[2],  el documento de aparecida nos hace la invitación a conocer la realidad de Latinoamérica y el caribe, los presbíteros deberán ser concientizados sobre la dificultad  de la evangelización, y ¿qué queremos decir con esto que todos  los Cristianos acojan el discipulado como una opción buena y practica de vida? esto gira en torno a una buena educación en la fe, la familia deberá ser una verdadera escuela de fe, aunque hoy en la sociedad vemos como la imagen de la familia se está degradando imposibilitando el surgimiento de nuevos discípulos para Dios y para la iglesia, más directamente en nuestro país la “ley de adopción que reclaman las parejas homosexuales”[3] esto amenazaría en que el núcleo familiar se descomponga y nuestros niños crezcan no en las condiciones que la Iglesia y Dios quisiera para ellos, si se logra que los niños y jóvenes crezcan en un ambiente de buen ejemplo seria también por otro lado aumentar los verdaderos discípulos, los ambientes en que se deben formar  y que el documento de aparecida nos plantea son: la familia como lo resaltaba anteriormente, las parroquias ya que allí se descubre el verdadero sentido de la pastoral que tanto necesita la iglesia en el tiempo de hoy, demostrando y viviendo lo que los obispos de Latinoamérica nos plantean.  la entrega así mismo y hacia los demás, “las pequeñas comunidades eclesiales que en nuestra Diócesis han venido marchando de una manera satisfactoria y sabiendo también que de allí podrán salir discípulos, ha hacer discípulos a otras comunidades, los movimientos y nuevas comunidades, los seminarios y casas de formación religiosa” [4]. Ahora hemos llegado a un punto interesante del presente, si la familia sabe  formar sus hijos en la fe también las casas de formación se sabrán favorecer de abundantes vocaciones de jóvenes que ven en Cristo un modelo de vida a seguir, la responsabilidad de los seminarios es grande  porque primeramente hay que formar  los futuros presbíteros en una fe autónoma, y que ellos sean el principal ejemplo del discipulado y la misión, vemos la necesidad de que la Iglesia se incorpore o participe en una pastoral educativa a fin de que los estudiantes no se aburran de un estudio sino que adquieran amor al conocimiento y a la sabiduría que es la fuente misma. Es Dios. y así formar estudiantes competentes no mediocres, los seminaristas deben estar enamorados de su vocación y así dar todo de sí en sus pastorales ya sean educativas, parroquiales entre otras.
Los futuros pastores deben irradiar  santidad, buscarla en el día a día, y llegar a ser esa imitación completa de Cristo resucitado.
En conclusión el discípulo es aquel que da la vida por su maestro. Agradezcamos al señor por nuestros obispos de Latinoamérica que con tanto esfuerzo y dedicación lograron sacar adelante este documento de aparecida, sobre todo pidamos la fuerza del espíritu santo, para que el nos ayude a Cumplir todos los numerales que nos plantean ese documento tan  útil para nuestra iglesia y que sobre todo podamos seguir fieles a la recomendación de CRISTO de ir a las naciones y hacer  discípulos.



[1] Cf Documento de aparecida # 25
[2] Cf Documento de aparecida # 42
[3] Cf comunicado del secretario general de la conferencia episcopal colombiana acerca de la adopción de niños por parte de  parejas del mismo sexo. Mons. Juan Vicente Córdoba
[4] Cf Documento de aparecida # 302 al 314

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